jueves, 30 de abril de 2015

Marco Macroeconómico Multianual 2016-2018

El Ministerio de Economía y Finanzas presentó hoy su Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2016-2018, importantísimo instrumento que constituye la referencia para la ejecución de la política económica nacional en el período.

El plan, aprobado hace dos días por el Consejo de Ministros, toma en cuenta los últimos acontecimientos del escenario económico global, que ciertamente no han sido favorables para nuestro país. La marcada desaceleración de la economía china continuó debilitando los precios de nuestros principales productos de exportación, los otros mercados importantes aún no dejan atrás sus bajas tasas de crecimiento, y, por si fuera poco, la anunciada alza de la tasa de interés de Estados Unidos siguió desincentivando los flujos de inversión hacia los países emergentes, provocando el fortalecimiento del dólar y el encarecimiento del crédito.

Debido a ello, y también a factores internos (como las indefiniciones del gobierno, el ruido político, las protestas antimineras, etc), la inversión privada se ha enfriado, la producción viene creciendo mucho menos de lo esperado, la balanza comercial continúa con deficits importantes, y la cuenta corriente se mantiene fuertemente negativa.

Esos factores han llevado a considerar en el MMM recién presentado, supuestos que, como veremos ahora, son bastante menos optimistas que los del documento anterior (el MMM 2015-2017 revisado).

Éstos consideran, por ejemplo, que el mundo va a crecer un poco menos tanto este año como los dos siguientes. Y eso se reflejará en el menor dinamismo de nuestros principales socios comerciales, que crecerán menos de lo que se había previsto, especialmente China, que en los tres años siguientes ya no crecería 7.2%, 7.1% y 7.1%, sino sólo 6.8%, 6.3% y 6.3%. En Estados Unidos y Europa, por su parte, no se espera mayores cambios respecto de lo previsto anteriormente, salvo una expansión norteamericana algo mayor este año.

En cuanto a los precios de nuestros commodities de exportación, se estima resultados dispares, con los del oro y el zinc mejorando en comparación con los estimados previamente, pero con los del cobre y el plomo bajando. La buena noticia es que el petróleo (commodity que en términos netos importamos) tendrá precios entre 40% y 50% inferiores a los que se había considerado en el plan del año pasado.

En el tema de la inflación, ha habido un reajuste hacia arriba en este año y los dos siguientes, pues ya no se espera niveles de 2%, sino de entre 2.5% y 2.7%, que sin embargo no implicarían problema, al hallarse dentro del rango meta establecido. En cuanto al tipo de cambio, sí ha habido una fuerte revisión al alza, pues la anterior previsión de 2.90 soles por dólar, totalmente rebasada por los hechos, ha dado lugar a otras mucho más realistas, de entre 3.20 y 3.25.

Los términos de intercambio, que miden la variación neta de los precios de exportación e importación, serían menos negativos de lo previsto este año, pero más negativos en el 2016 (debido a la fuerte alza de los precios de importación) y algo menos positivos en el 2017.

En materia de crecimiento del PBI las previsiones son bastante menos alentadoras, especialmente este año, en el que se ha dejado de esperar una tasa de 6.0% para aguardarse una mucho más realista de entre 3.5 y 4.5%, que, a la luz de la coyuntura internacional, tampoco se puede considerar segura. También hay previsiones más pesimistas para el 2016 y 2017, años para los cuales ya no se prevé tasas de 6.2%, sino otras bastante más moderadas, de 5.5%.

El pesimismo para este año se explica por el desempeño de la inversión privada, que este año crecería mucho menos de lo previsto anteriormente (1.5% versus 6.0%), pero en los dos siguientes mejoraría paulatinamente, de la mano de grandes obras como la Línea 2 del Metro de Lima, el gasoducto del sur, el Muelle Norte del Callao, el puerto de Pisco, el aeropuerto de Chinchero, la línea de transmisión eléctrica Moyobamba-Iquitos, etc. Su desaceleración de este año sería parcialmente compensada por la inversión pública, que, como parte del impulso fiscal, crecería más de lo previsto anteriormente, pero en los dos siguientes lo haría a tasas menores, ante la esperada recuperación de su contraparte privada.
Con tal evolución, la inversión privada ya no promediaría, como se esperaba, el 20.6% del PBI, sino poco más del 19.5%, en tanto que la pública ya no promediaría el 6.6%, sino sólo el 6%.

En el sector externo se espera un panorama más complicado que el original (con una balanza comercial más negativa que la previamente proyectada) sólo este año, pues en el 2016 y 2017 se prevé una clara mejoría. Ello, aunado al ingreso de inversión extranjera, contribuiría a ir reduciendo de manera sostenida el deficit en cuenta corriente.

En materia fiscal, han desmejorado las previsiones para este año en los rubros de presión tributaria (que ya no estaría por encima del 16% del PBI, sino apenas promediando el 15%) e ingresos corrientes (que ya no superarían el 22% del PBI, sino sólo el 20%). Ello se reflejaría en resultados primario y económico levemente negativos. En cuanto a deuda pública externa, sería algo mayor que la prevista antes (acercándose al 9% del PBI); y en lo que respecta a deuda pública total, ya no promediaría el 19% del PBI, sino el 21%.

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