lunes, 17 de agosto de 2015

Siete Grandes de América Latina: Cómo van en Riesgo País (1ra Quincena Agosto 2015)

El riesgo país es un indicador que señala la probabilidad de que un país incumpla el servicio de su deuda. Dicha evaluación se deriva de su situación y desempeño fiscal, macroeconómico, externo y también político, pues estos factores definen sus perspectivas de captar inversiones, crecer, mejorar sus ingresos y por ende incrementar su capacidad de pago.

Existen diversas herramientas para medirlo, siendo una de las más empleadas el denominado EMBIG (Emerging Market Bond Index Global o Índice Global de Bonos de Mercados Emergentes) o EMBI+. Éste toma en cuenta la diferencia de rendimiento entre los bonos en dólares emitidos por el país en evaluación y los del Tesoro de Estados Unidos (considerados los más seguros del mundo). A más diferencia, mayor nivel de riesgo.

Según datos de nuestro Banco Central de Reserva, en la primera quincena de agosto los niveles de riesgo en las siete economías más grandes de América Latina fueron los que se muestra a continuación (dado que tenemos el dato ecuatoriano, también lo incluimos). Éstos se hallan expresados en puntos porcentuales, lo que significa, por ejemplo, que un bono de Chile (el país menos riesgoso de la región) tiene un rendimiento promedio 1.81 puntos más alto que uno de Estados Unidos.

En cambio, uno venezolano tiene un diferencial promedio de nada menos que 30.50 puntos, reflejo de la altísima tasa que el país se vería obligado a ofrecer para captar recursos en el mercado internacional de capitales.

Lo primero que resalta del cuadro es que, con excepción de Argentina, todos los países considerados han visto elevarse su indicador el último año, reflejando las dificultades que la mayoría de ellos están confrontando a raíz de la ralentización de la economía mundial y la caída de precios de los commodities que exportan, situación que no sólo impacta en su sector externo (al contraerse el ingreso de divisas), sino también en su sector fiscal (restringiéndoles ingresos y debilitando sus finanzas públicas y su capacidad de inversión).

El caso más dramático es el de Venezuela, que debido a la baja del precio del petróleo y a una política económica sumamente errónea ha debilitado todos sus indicadores y con ello triplicado su riesgo. Ecuador lo ha duplicado, en tanto que Brasil (sumido en crecientes dificultades económicas y políticas) lo ha incrementado considerablemente, al igual que Colombia (que con la baja del crudo viene desacelerándose y reduciendo sus ingresos fiscales y de divisas).

El Perú, felizmente, y merced a su sensata política económica, goza de una buena imagen externa, por lo cual puede emitir sus bonos y financiarse en el mercado internacional de capitales pagando tasas de interés que, si bien han subido, siguen siendo relativamente bajas, dadas las circunstancias. Y eso favorece a todos los agentes económicos nacionales, pues dichos recursos, al ingresar al mercado interno, permiten un financiamiento de costo igualmente bajo.

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