jueves, 3 de septiembre de 2015

Revisando el MMM 2016-2018

La debilidad económica internacional sigue afectando a la gran mayoría de países, incluido (pese a sus fortalezas) el nuestro. Eso se refleja en la revisión que ha tenido que efectuar el Ministerio de Economía y Finanzas en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2016-2018, importantísimo instrumento que constituye la referencia para la ejecución de la política económica nacional en el período.

La marcada desaceleración de la economía china continuó debilitando los precios de nuestros principales productos de exportación, los otros mercados importantes aún no dejan atrás sus bajas tasas de crecimiento, y, por si fuera poco, la anunciada alza de la tasa de interés de Estados Unidos siguió desincentivando los flujos de inversión hacia los países emergentes, provocando el fortalecimiento del dólar y el encarecimiento del crédito.

Debido a ello, y también a factores internos (como las indefiniciones del gobierno, el creciente ruido político, las protestas antimineras, la proximidad de la campaña presidencial, la inminencia de un Fenómeno del Niño de grado fuerte, etc), la inversión privada se ha enfriado, la producción viene creciendo mucho menos de lo esperado, la balanza comercial continúa con deficits importantes, y la cuenta corriente se mantiene fuertemente negativa.

Esos factores han llevado a considerar en el MMM revisado supuestos que, como veremos ahora, son bastante menos optimistas que los del documento original, aprobado en abril.

Éstos consideran, por ejemplo, que el mundo va a crecer un poco menos tanto este año como los tres siguientes. Y eso se reflejará en el menor dinamismo de nuestros principales socios comerciales, especialmente Estados Unidos, que este año ya no avanzaría 3.3%, sino sólo 2.4%, y en los tres siguientes ya no 3.0%, sino 2.8%. En China, por su parte, no se espera ningún cambio respecto de lo previsto anteriormente, mientras que en Europa se prevé una expansión bastante mayor este año y sólo ligeramente mayor en el 2016.

En cuanto a los precios de nuestros commodities de exportación, se estima resultados dispares, con los del oro, el cobre y el plomo muy por debajo de los estimados previamente (especialmente en los tres años siguientes), pero con los del zinc manteniéndose. Tampoco habría novedades con el precio del petróleo (commodity que en términos netos importamos) que seguiría en los niveles estimados antes.

En el tema de la inflación, ha habido un notorio reajuste hacia arriba en este año y los dos siguientes, pues ya no se espera niveles de entre 2.5% y 2.7%%, sino de entre 2.7% y 3.2%. Sin embargo, el último número, previsto para este año, parece difícil de  lograr, pues la tasa anual ya supera a la fecha el 4%. En cuanto al tipo de cambio, ha habido una ligera revisión al alza para este año y el siguiente, pero una bastante mayor para el 2017 y 2018.

Los términos de intercambio, que miden la variación neta de los precios de exportación e importación, serían bastante más negativos de lo previsto, especialmente este año y el siguiente, en el primer caso por la fuerte baja de los precios de exportación y en el segundo por la fuerte alza de los de importación.

En materia de crecimiento del PBI las previsiones son ahora bastante menos alentadoras, especialmente este año, en el que se ha dejado de esperar una tasa de entre 3.5 y 4.5% para aguardarse una mucho más realista de entre 2.5 y 3.3%. También hay previsiones más pesimistas para los tres años que siguen, en los cuales ya no se prevé tasas de 5.5%, sino otras bastante más moderadas, de 4.7% en promedio.

El pesimismo para este año se explica por el desempeño de la inversión privada, que no sólo no está creciendo, como se había previsto antes, sino cayendo profundamente, a consecuencia de lo cual cerraría el año con una preocupante tasa de -4.5%. En los siguientes años, y de la mano de proyectos como la Línea 2 del Metro de Lima, el gasoducto del sur, el Muelle Norte del Callao, el puerto de Pisco, el aeropuerto de Chinchero, los proyectos de irrigación Chavimochic III y Majes-Siguas II y la línea de transmisión eléctrica Moyobamba-Iquitos, se espera paulatinos crecimientos, aunque no de los niveles estimados en el MMM original.

Si bien inicialmente se había previsto que la fuerte debacle de este año de la inversión privada fuera compensada en lo posible por la inversión pública, ello ya no ocurrirá, pues esta última no se expandirá 9.3%, como se había definido, sino sólo 1.5%. Entre el 2016 y el 2018 sí tendría un crecimiento mayor al previsto antes.

Con tal evolución, la inversión privada ya no promediaría, como se esperaba, el 19.5% del PBI, sino el 18.8%, en tanto que la pública se elevaría levemente, pues ya no promediaría el 5.9%, sino el 6.0%.

En el sector externo se espera un panorama más complicado que el original, con una balanza comercial no sólo mucho más desfavorable que la previamente proyectada, sino negativa, tanto este año como en los tres siguientes. El flujo esperado de inversión extranjera contribuiría a reducir el deficit en cuenta corriente de este año y mantener los de los siguientes en los niveles previstos antes.

En materia fiscal, no habría mayores cambios en las previsiones, pues los ingresos corrientes se mantendrían alrededor del 20% del PBI). Pero, debido al gasto propio de una política expansiva que busca contrarrestar la desaceleración, sí los habría en materia de los resultados primario y económico, que pasarían a ser notoriamente más negativos. Eso también se traduciría en datos de deudas pública externa bastante mayores que los estimados previamente.

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