jueves, 17 de diciembre de 2015

Argentina Liberaliza su Economía

El nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, inició bien su gestión. Tal como había prometido durante la campaña, hoy puso fin al denominado "cepo cambiario".



Es decir, liberalizó el mercado cambiario, permitiendo que los argentinos compren y vendan dólares sin ninguna restricción.

Con esta medida, que también implica la adopción de un tipo de cambio único determinado por el mercado, puso fin a una de las más criticadas iniciativas del gobierno kirchnerista, que, además de haber distorsionado la economía, obstaculizado las múltiples operaciones que el sector productivo requiere efectuar en moneda extranjera, y dado lugar a un importante mercado negro (en el que la moneda norteamericana se negociaba a un precio muy superior al del irreal mercado oficial), generó mil y una dificultades a la población, acostumbrada a refugiarse en el dólar para hacer frente a la elevada inflación.

La medida se suma a la de eliminación o importante reducción de las retenciones (impuestos a las exportaciones, que venían afectando la producción y rentabilidad de importantes sectores, como el agro y la industria) y a la del otorgamiento de plena autonomía al banco central, así como al anuncio de estrategias tendentes a elevar considerablemente el nivel de reservas internacionales del país. Y pronto se le sumarán las de facilitación del comercio exterior, por las cuales habrá total libertad para importar y exportar (con la eliminación de las restricciones paraarancelarias y una importante reducción de las tasas arancelarias).

La lógica es liberalizar la economía, para incentivar a los agentes económicos a consumir, invertir y mirar a los mercados externos, de tal forma que se pueda alcanzar un crecimiento económico sostenido, que mejore de manera consistente y real el nivel de vida de la población. Más o menos como tuvo que hacer el Perú en la década de los 90 para dejar atrás el desastre provocado por la política económica estatista, proteccionista y controlista de los años 70 y 80.

Bien por Argentina, que así se desmarca de un esquema plagado de restricciones, distorsiones y desequilibrios (que generaron una de las inflaciones más altas del mundo y un crecimiento muy bajo en los últimos cuatro años) y se acerca a uno bastante más liberal, mucho más orientado por las señales del mercado y con mucho mayor grado de apertura.

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