La gigantesca estructura, que demandó una inversión de US$ 11 millones, tiene 76 metros desde el piso hasta su parte más alta. Su brazo, situado a 42 metros de altura, tiene un alcance de 65 metros, que le permite atender buques cargados hasta con 23 filas de contenedores. Al igual que sus pares del Muelle Norte, es propulsada con electricidad, lo que sin duda contribuye a mejorar la calidad del aire del lugar donde opera.
El video adjunto muestra el momento de su llegada al muelle, la descarga desde el buque que la transportó y su emplazamiento sobre los rieles, en el extremo oeste del terminal. Allí apoyará a las otras seis grúas, permitiendo que uno de los dos buques acoderados en los dos amarraderos pueda ser atendido por cuatro de estas moles, haciendo más rápido el proceso.
Un gran paso de DP World, operador del muelle, que ahora deberá ampliarlo, pasándolo de sus actuales 650 metros a 960, lo que permitirá contar con un tercer amarradero. Ojalá el impasse que ha surgido por la reducción de la tarifa que OSITRAN le ha autorizado a cobrar por sus servicios no dilate el inicio del proyecto, que ya se había retrasado anteriormente debido a discrepancias en cuanto a la tasa de ocupación del muelle.
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