Con ello no sólo se beneficiarían los destinos más importantes y tradicionales (Cusco, Lima, Arequipa, Puno, etc), sino también la propia región Ica, donde existen numerosos atractivos, como las Líneas de Nazca, la reserva natural de Paracas y sus bellas playas, el museo de sitio de dicha cultura, el desierto con sus dunas y su oasis (Huacachina), los viñedos y centros de producción del pisco, etc.
Pero además la nueva infraestructura facilitará notablemente los envíos de productos de agroexportación que efectúa la región (frutas, espárragos, etc), que ya no requerirán ser transportados hasta Lima.
No se ha construido una nueva pista porque la existente (capaz de recibir inclusive aviones como el Boeing 747) se halla en muy buenas condiciones, teniendo en cuenta que Pisco ha sido durante décadas, además de una base de la fuerza aérea, el campo de aterrizaje empleado por los aviones que no podían descender en Lima cuando la niebla dificultaba la visibilidad. Pero ahora, con la flamante infraestructura reseñada, dejará de ser una mera pista y base militar y pasará a ser un aeropuerto comercial en todo el sentido de la palabra.
Si bien el terminal de pasajeros no posee cosas como escaleras mecánicas y privilegia la iluminación natural (por tratarse de un aeropuerto low cost basado en el ahorro de energía y otros elementos), sí dispone de suficientes comodidades como para que sus usuarios tengan un agradable paso por el mismo.
La idea es atender un promedio de 400 mil visitantes al año desde el 2017, tarea que no será fácil debido al fuerte posicionamiento del Jorge Chávez, que, pese a no ser de bajo costo, cuenta con una serie de atributos que podrían compensar la referida desventaja. Pero habrá que confiar en los esfuerzos de su operador, la empresa Aeropuertos del Perú (AdP), para que algunas de las diversas líneas low cost que transitan por el mundo incluyan a Pisco en sus rutas.
En realidad, el aeropuerto ya se encuentra completamente equipado desde hace un buen número de meses, por lo que en lo que va del año ya ha registrado más de media docena de vuelos charter (aquéllos especialmente fletados), que han arribado con turistas europeos que se dirigían al Cusco. El objetivo es que tanto dichos vuelos eventuales como los regulares sean numerosos, para garantizar la rentabilidad y viabilidad del proyecto.
Cabe señalar que AdP, que tiene en concesión doce aeropuertos, ya mejoró el año pasado los de Cajamarca y Anta, y ahora planea hacer lo propio con los de Chiclayo, Piura, Trujillo e Iquitos, y luego con los de Tarapoto y Pucallpa. La inversión que viene haciendo en ese programa de mejoras que se extenderá hasta el año 2021 asciende a US$ 1,000 millones.
La otra empresa privada con fuerte presencia en los aeropuertos de provincias, Aeropuertos Andinos del Perú (AAP), tiene en concesión cinco terminales, de los cuales ya mejoró hace poco los de Arequipa, Tacna y Ayacucho.
Mientras tanto, avanza el proceso para sacar adelante el internacional de Chinchero, concesionado al consorcio argentino-peruano Kuntur Wasi, a la vez que se prepara el terreno para iniciar la construcción de la segunda pista y nueva terminal de nuestro aeropuerto capitalino, el principal del país.
De esa manera, la inversión privada, al canalizar importantísimos recursos, viene permitiendo la radical transformación de nuestros terminales, tanto del interior como de la capital.
Foto: Ministerio de Transportes y Comunicaciones
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