lunes, 8 de agosto de 2016

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Inversión Extranjera Directa 2015

El año 2015 fue bastante difícil para un gran número de países latinoamericanos, que se vieron afectados por diversos problemas de la economía global, entre ellos la volatilidad de los tipos de cambio y la inminencia del ajuste monetario de Estados Unidos, pero sobre todo por la desaceleración de sus principales socios comerciales y la consiguiente baja de precios de sus commodities de exportación.

Fue este último factor el que más incidió en el desempeño de la inversión extranjera directa (IED), pues retrajo los flujos hacia los grandes proyectos mineros, petroleros, gasíferos, agrarios y de otros rubros, llevándolos a niveles no sólo menores a los del año 2014, sino también a los de los cinco años previos. Ese negativo desempeño, a contracorriente de lo que ocurrió en el resto del mundo (donde los flujos de IED más bien aumentaron), expresa bien la fuerte dependencia entre la región y sus commodities.

Así lo demuestran los datos publicados en junio por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su documento La Inversión Extranjera Directa 2016.

En Brasil, el país latinoamericano con más IED, hubo un retroceso de 22.5%, tanto por lo señalado en el segundo párrafo como por sus serios problemas macroeconómicos y políticos, que se reflejaron contundentemente en su sector productivo, su riesgo país y su calificación crediticia, todos ellos drásticamente deteriorados.

Asimismo, hubo traspiés en Chile y Colombia, ambos afectados por la caída de precios de sus principales commodities (cobre y petróleo, respectivamente), que desincentivaron el ingreso de capitales.

El Perú también registró un ingreso sustantivamente menor, con una caída de 13% en comparación con el año 2014. La baja de precios del cobre y los otros numerosos metales que exporta, así como la postergación de varios importantes proyectos, generaron un stand by en el ingreso de capitales al sector, a la espera de mejores momentos, y ello se dejó sentir en el dato aquí comentado.

En  cambio, hubo una evolución positiva en el segundo de la lista, México, cuyo monto creció significativamente, de la mano de las inversiones dirigidas a su creciente industria, especialmente la automotriz y de telecomunicaciones.

Lo propio ocurrió en Argentina, que más que duplicó su monto previo, con lo cual desplazó al Perú y se ubicó en el quinto lugar regional. Cabe precisar, sin embargo, que dicho incremento se explica básicamente porque el monto del año 2014 había resultado notoriamente afectado por la desinversión de US$ 6 mil millones efectuada con la nacionalización de la petrolera YPF.

El alza más espectacular, de 332.2%, ocurrió en Venezuela. Pero ello, lejos de significar una mejora de su capacidad de captar recursos, se debe simplemente a que su monto del año 2014 había resultado, con sus ínfimos US$ 320 millones, insólitamente bajo, tanto para los cánones del país como de toda la región. Lamentablemente, las abundantes malas noticias de ese país en todos los ámbitos de su economía no permiten abrigar el menor optimismo en el tema.

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